sábado, 18 de noviembre de 2017

Claire Lacombe. La 'sans-culotte' feminista.

  25 de julio de 1792, galería de la Asamblea Nacional, París.

El manifiesto del duque de Brunswick, amenazando con la destrucción de París si se ejercía violencia contra Luis XVI, inflamó los ánimos de los sectores revolucionarios más extremistas. Quince días después, el palacio de las Tullerías sería asaltado, la monarquía derribada y el sufragio universal instalado en Francia. Los sans-culottes se imponían provisionalmente con un programa de igualdad social y jurídica que incluía la atención a los graves problemas económicos que padecía el pueblo. Por un momento, la francesa derivó en revolución social. Claire Lacombe -que firmaba (M)ujer Lacombe- fundó una Sociedad de Mujeres Republicanas Revolucionarias que llevó al terreno de los radicales las demandas iniciales del feminismo de aquel tiempo. Los propios jacobinos acabaron cerrando el club y encarcelándola. Su violencia verbal y su reivindicación del papel de las mujeres populares en ese proceso expresan fielmente las demandas de un sector que pronto resultaría anulado. Sus referencias clásicas grecolatinas revelan su origen artístico y la influencia que ejercía esa cultura en la revolución. 

Legisladores: francesa, artista y sin trabajo, he aquí lo que soy. Sin embargo, legisladores, lo que debería ser objeto de mi desesperación extiende en mi alma la alegría más pura. Al no poder acudir al socorro de mi patria, que habéis declarado en peligro, mediante sacrificios pecuniarios, vengo a hacerle el homenaje de mi persona. Nacida con el coraje de una romana y el odio de los tiranos, me consideraría feliz de contribuir a su destrucción. ¡Que perezca hasta el último déspota! Intrigantes, viles esclavos de los Nerones y de los Calígulas, ¡ojalá pudiera aniquilarlos a todos! Y vosotras, madres de familia, a quienes yo criticaría si abandonaseis a vuestros hijos para seguir mi ejemplo, mientras cumpla con mi deber combatiendo a los enemigos de la patria, cumplid el vuestro inculcando a vuestros hijos los sentimientos que todo francés debe tener al nacer: el amor a la libertad y el horror a los déspotas. No perdáis nunca de vista que, sin las virtudes de Veturia, Roma se habría visto privada del gran Coriolano. Legisladores, habéis declarado la patria en peligro, pero no es suficiente. Destituid de sus poderes a aquellos que hicieron nacer este peligro y juraron la pérdida de Francia. ¿Podéis dejar a la cabeza de nuestros ejércitos a este pérfido Catilina (general La Fayette) , excusable solo ante los ojos de aquellos cuyos proyectos infames quiso servir? ¿Qué esperáis para lanzar el decreto de acusación contra él? ¿Aguardaréis a que los enemigos, ante quienes todos los días él abandona nuestras ciudades, lleguen hasta este Senado para destruirlo por el hacha y el fuego? Permaneced todavía algunos días en un culpable silencio y muy pronto los veréis en vuestro recinto. Queda tiempo aún, legisladores: elevaos a la altura que os pertenece; nombrad jefes a los que podamos dar nuestra confianza, decid una palabra, una sola palabra, y los enemigos desaparecerán. 

miércoles, 16 de agosto de 2017

LOS CICLOS ECONÓMICOS Y LAS CRISIS DEL CAPITALISMO INDUSTRIAL.


Los ciclos económicos son ciertas regularidades de los movimientos de conjunto de la vida económica que se han estudiado de forma cuantitativa. Antes del siglo XVIII su estudio era muy irregular ya que estaban determinados por fenómenos naturales y afectaban únicamente a varios países o un continente pero nunca a el mundo entero.


A partir de la Primera Guerra Mundial se comprueba la existencia de movimientos que afectan al conjunto del mundo capitalista. Durante el siglo XIX estos movimientos son tan regulares que se periodizan aunque se caracterizan de forma paralela por estar acompañados a una tendencia general de continuidad moderada de crecimiento de la producción. Para el estudio de estos movimientos disponemos de un lenguaje pobre, consecuencia de la tendencia a conceptualizar, generalizar y construir modelos, se habla de crisis en los distintos momentos y lugares sin tener en cuenta las diferencias causales de cada una de estas crisis.
Estos movimientos económicos se pueden dividir en función de su duración en la siguiente tipología:
1.  Movimientos de corta duración o ciclos Kitchin. Los economistas americanos redujeron estos ciclos a 3 o 4 años, siendo imperceptibles para los hombres y mujeres que viven en ese momento.
2. Movimientos intradecenales o crisis clásicas. En 1862 Clement Juglar escribió su obra, Las crisis comerciales y su reaparición periódica en Francia, Inglaterra y Estados Unidos donde planteaba la existencia de ciclos clásicos o medios con una duración de 6 a 10 años caracterizados por tres etapas: prosperidad (P), depresión (D) y crisis de superproducción (Cp). La cronología de Jutglar partía de 1825 y las épocas de crisis serían las siguientes: 1836-39, 1847-48, 1857-1866,1873-1882, 1882-1893, 1893-1900, 1900-1907, 1913-1920 y 1920-1929.
3. Los Movimientos de Larga Duración o KondratieffApoyado en los movimientos de precios este autor divide la evolución económica en cuatro periodos de 50 a 60 años cada uno, subdividiéndolos en dos fases. La fase A corresponde a la estudiada por Simiand que refleja el periodo de prosperidad y expansión, por su parte la fase B refleja el periodo de recesión. El inicio y fin cada una de las fases se denomina inversión de coyuntura. 

Las causas para explicar estos movimientos pueden ser de diversa índole. En primer lugar, los factores de carácter monetario se relacionan con los descubrimientos de yacimientos de oro en California y Australia hacia 1850 lo que motivo la creación de un stocks de oro más rápido que la producción industrial y agrícola. Al aumentar la moneda los precios tendieron a subir y a su vez el nivel de compra y la producción dando lugar a una etapa de expansión (1851-1873). 
Con todo, hay que tener en cuenta que el factor monetario al igual que puede ser condicionante de la expansión puede ser igualmente resultado de la misma. En segundo término, el factor técnico ha sido aducido por Schumpeter para explicar estos ciclos. El descubrimiento técnico aplicado tiende aumentar la producción y ha sustituir los materiales obsoletos provocando una nueva inversión y la movilización de los capitales. Para demostrarlo relaciona el periodo de 1790-1817 con el ferrocarril y la aplicación de la máquina de vapor al textil y la siderurgia y el de 1848-1873 con la extensión de las redes ferroviarias por Europa y el Clippers. 

Por último, estos ciclos se han relacionado con factores políticos, generalmente con los periodos de mayor o menor belicosidad, así los periodos de paz de 1815-1847 y de 1871-1894 se situan en fases B mientras que los periodos de expansión coinciden con guerras: la fase A de 1790-1817 coincide con las guerras de Revolución y del Imperio, durante la fase de 1848-1871 las guerras nacionales en Italia, Austria y Hungria (1848-49), la guerra de Crimea (1854-56), la guerra de Secesión (1861-65) y la guerra franco.prusiana (1870-71), finalmente durante la etapa de 1870-1920 se producen la guerra Hispano-americana de 1898, la guerra de los Boers en 1902 y la Primera Guerra Mundial de 1914 a 1918. Es evidente que la guerra incentiva el crecimiento del consumo en industrias de base( armamento) y de consumo (avituallamiento). Pese a todo hay múltiples factores y la inversión de tendencia puede deberse a muchos elementos.